Por Carlos López
Comenzando el año ’14, podemos afirmar que a nuestro proyecto le depara algunos desafíos, y evidencia varias certezas. La primera y más importante certeza es el liderazgo de nuestra presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que se mantiene incólume a pesar de todos los que fantasearon con su improbable caída.
Cuál es el desafío que nos presenta esta afirmación. Cómo construimos dos, tres, cuatro candidatos presidenciables desde nuestra filas en vista al 2015. Cabe señalar el acierto de las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias) que nos permiten competir dentro de cada fuerza, evitando ser el instrumento de amañados contubernios partidocráticos.
Es necesario que la sociedad en su conjunto pueda conocer nuestras mejores mujeres y nuestros mejores hombres, y sea la voluntad popular la que exprese quién estima pueda representar nuestro proyecto.
Nuestros posibles candidatos deberán ganar en la sociedad la confianza y el respeto para que puedan ser elegidos. Así lo hizo primero Néstor y luego Cristina; nada ocurre mágicamente, se realiza con ideas, gestión, proyectos y consecuencia en la lucha por construir una patria justa y solidaria.
Acerca de la oposición, conservadora en política y liberal en economía, el desafío que tienen es poder construir también algunos candidatos, con la certeza que es más sano que se expresen en las urnas, y no que estén con ese ánimo “destituyente” (término acuñado por los intelectuales del Espacio Carta Abierta, que reflejó acertadamente los dislates del 2008/2009), para pensar en cambiar antidemocráticamente y antes de tiempo la figura presidencial.
Tenemos la certeza de que nuestra fuerza política es la expresión mayoritaria del sentir popular, ahora bien, el desafío que tenemos es lograr que esta fuerza se organice, unida y solidaria para lograr que nuestro pueblo esté todos los días un poco mejor.
En este desafío surge como principal tarea lograr que los líderes naturales de cada comunidad, puedan ser visualizados y puedan estos ser la expresión de la voluntad popular para gestionar y administrar los recursos del Estado Nacional en todo orden.
Nuestro proyecto político surgió el 25 de mayo de 2003, con el compañero Néstor Kirchner en el gobierno, se prolonga durante los dos mandatos de Cristina, expresando el período más largo de la historia política de un mismo signo, el kirchnerismo es un modelo de construcción que ha generado una década de logros impensables ello es una certeza, el desafío que tenemos es poder darle forma a otra década que empodere el poder popular, para que las transformaciones que se han realizado, y las que aún faltan concretar puedan quedar de tal manera que nada ni nadie las pueda torcer y generen otras contra los intereses de nuestro pueblo y nuestra nación.
MERCOSUR, UNASUR, CELAC. El desafío continental es redimensionar el Mercosur, consolidar la Unasur y proyectar la CELAC. Sería interesante a partir del 2015, que nuestra compañera presidenta tuviera un rol protagónico en el esquema regional. Unasur cobró entidad gracias a tres grandes líderes, Lula, Chávez y Néstor Kirchner, este último, como sabemos desde la Secretaría General del organismo logró incidir magistralmente en todas las cuestiones inherentes a dicha función como primer secretario.
Tal vez sea 2015 el tiempo de Cristina en la conducción regional, para que todo esfuerzo realizado durante años por todos los líderes de esta parte del mundo, no caiga en un vacío y nos haga retroceder a situaciones que no queremos, no añoramos y no estamos de acuerdo en cumplir un rol de enemistad y desconfianza entre nuestros países.
Ya en la década del ’70 el ilustrísimo Mariano Grondona exponía en una conferencia que la duda de Argentina era si entraba en guerra con Chile o con Brasil. Evidentemente este ideólogo seguía a rajatabla los principios que emanaban del “norte grande”, para que nuestros países sigan divididos y consecuentemente dominados. Y como bien señala nuestra presidenta, sobre el litoral y la cordillera, no se realizaban tareas de infraestructura, carreteras y comunicaciones por si “venía una guerra con países limítrofes”.
Reafirmamos aquí que para Latinoamérica no hay destino si no lo hacemos todos los países juntos aun en la diversidad de posiciones que cada uno pueda sostener. Estos organismos regionales tienen el desafío de no sólo ser amortiguadores económicos o intervenir en crisis como las que vivieron los países hermanos de Ecuador, Bolivia y Paraguay, sino que deben llegar a un grado de institucionalidad que les permitan sobreponerse a cualquier adversidad y poder proyectar un futuro solidario y justo para los países y sus habitantes.
Cabe aquí mencionar la iniciativa con trámite parlamentario que presentara el compañero diputado Andrés “El Cuervo” Larroque en la que proyecta convertir en ley la elección de los parlamentarios del Mercosur. Con esta ley se propone establecer los mecanismos a partir de los cuales se desarrollará la elección directa, por voto popular de los parlamentarios elegidos en Argentina, en cumplimiento con lo establecido en la Ley N°26146 de aprobación del Protocolo Constitutivo del Parlamento del Mercosur.
Es interesante resaltar que en sus fundamentos, el diputado Larroque plantea que: “La creación del Parlamento del Mercosur es la expresión de la recuperación de la política en una región que ha sufrido las graves consecuencias de la implementación de una lógica mercantil como principio regulador de la vida social. Necesitamos avanzar en el proceso de integración regional, fortaleciendo el ejercicio democrático parlamentario dentro del Mercosur, para enfrentar el desafío de jugar un rol significativo en el nuevo esquema multipolar de poder global que está naciendo.”
LA CUESTIÓN MALVINAS. El compañero y Comandante Ernesto “Che” Guevara expresaba en el discurso pronunciado ante la reunión del Consejo Interamericano Económico y Social (CIES) de la Organización de Estados Americanos en Punta del Este, el 8 de agosto de 1961, que: “…Por eso nosotros luchamos por la independencia de los países, luchamos por la reivindicación de los territorios ocupados. Apoyamos a Panamá, que tiene un pedazo de su territorio ocupado por los Estados Unidos. Llamamos Islas Malvinas, y no Falkland, a las del sur de Argentina, y llamamos Isla del Cisne a la que Estados Unidos arrebató a Honduras y desde donde nos está agrediendo por medios telegráficos y radiales.” Tenemos la certeza de que en el siglo XXI no debería existir ningún enclave colonial, que las Islas Malvinas nos pertenecen como parte de nuestro territorio nacional. El desafío que tenemos es poder concretar más temprano que tarde la recuperación de ellas, por la vía diplomática; ello será posible si logramos que todas las naciones del mundo comprendan esta situación y actúen en consecuencia.
PRECIOS Y SALARIOS. Tenemos la certeza que si entramos en la espiral de subir los salarios porque suben los precios, y subir los precios porque suben los salarios, entramos en un círculo vicioso, que sólo nos trae angustia, incertidumbre y degradación de la condición de estabilidad y crecimiento. El desafío es plantearles a todos los dirigentes sindicales que, si bien es correcto que luchen por el bolsillo de los trabajadores, es también, en el mismo sentido, que luchen por la estabilidad de los precios de los productos que los propios trabajadores y sus familias necesitan. La única manera de lograr el bienestar de los asalariados es frenar la tendencia compulsiva de remarcar precios “por las dudas”, porque así se cae en la profecía autocumplida. Dicho lo cual podemos plantear que pautar anualmente las paritarias es el modo de generar estabilidad y confianza.
Otro esquema diferente es volver a lo anteriormente expuesto, que no compartimos ni deseamos. Consciente de que hay más desafíos y certezas por enumerar, que tal vez en otra nota los apuntemos, cabe concluir que si estamos a la altura de estos desafíos y con la certeza de seguir militando para construir una patria para todos, donde no haya excluidos, podremos pensar que nuestro paso por esta tierra no ha sido en vano.
