¿Cuál sería el supuesto robo, tan
mentado desde las tribunas perforadas por el relato de los medios hegemónicos,
que habría cometido Cristina Fernandez de Kirchner?
La frase disparada de modo compulsivo por quienes
manifiestan cierta simpatía por el actual ejecutivo nacional se repite como un
slogan en clave de mantra, continuado por espasmos que incluyen inmediatamente a la figura de
Lazaro Baez y fantasías en relación a bóvedas llenas de dinero y rutas del
dinero K, que risueñamente concluyeron en las cuentas offshore del
presidente Mauricio Macri y funcionarios de su mas intimo entorno.
Aunque, en fin, Cristina efectivamente se robó todo si
entendemos que robar es sacar los fondos públicos de espacios que históricamente
eran indicados como correctos por el establihsment económico y Cristina tuvo la
osadía de retirarlos para generar medidas como AUH, entregar más de 5 millones
de netbooks de Conectar Igualdad, hacer más de 2000 escuelas, imponer las
moratorias previsionales que elevaron el volumen de jubilados de un 63% a un
96%, o tal vez se refieran al hecho de hacer que los fondos destinados a educación, pasen de un
2% al 6.5 % del PBI.
¿Sera esto lo que están llamando robo? Quizás se estén refiriendo
a la acción de retirar recursos de la timba financiera de las AFPJ, para
incluir a miles de abuelos, ¿no?
En ese sentido también podríamos entender como un robo a la materialización
de una inversión monumental en materia de desarrollo social, creando y
sosteniendo programas como: Ingreso Social con Trabajo, Ellas Hacen, Plan Más y
Mejor Trabajo, Prestación por Desempleo, El Plan de Finalización de Estudios
Primarios y Secundarios (Fines), Argentina Trabaja y Emprendedores de nuestra
tierra.
Claro, ese debe ser el robo al que se refieren, sacar fondos
que estaban funcionando en beneficio del capital concentrado, para ponerlos a juzgar
en beneficio de la justicia social, mientras tanto las investigaciones y las
denuncias se apilan y las únicas rutas del dinero K que vemos en la realidad
efectiva son las 10 nuevas universidades públicas, la TDA, la reestatización de
YPF, el programa de acceso a la vivienda Procrear, los científicos repatriados,
las miles de becas para estudiantes, el Arsat y numerosos hechos más que
configuraron la realidad de los últimos 12 años.
Eso que desde los medios del orden establecido indican que
debemos llamar un robo, en realidad fue el hecho poner en funcionamiento los
resortes que determinaron el funcionamiento de un modelo de país, avanzando en
la inclusión y el desarrollo con justicia social, retirando beneficios que
gozaban las clases dominantes en perjuicio de los más desprotegidos, pero que
ya consideran parte de su sentido común.
Sucede que en 2003 se instauro un modo de construcción de país
que patio el tablero de lo establecido por el capital concentrado y en relación,
la reacción del capital ordenó construir relato y seguir la indicación: se robo
todo.