miércoles, 18 de diciembre de 2013

Medios de comunicación y Gobiernos

Suele escucharse en diversos medios de comunicación que no es necesario que un gobierno tenga medios alineados ideológicamente, que con lo anunciado a través de la cadena nacional ya basta para que el poder ejecutivo haga saber y defienda sus medidas y que sumar a esto otro tipo de comunicación en este sentido es un acto que linda con el abuso de poder, poniendo el llamado aparato oficial en pos de la propaganda. Entendemos que afirmaciones como estas se caen por su propio peso, que son demasiado ingenuas o que, en fin , son  eso que tanto  reniegan, propaganda, pero lógicamente, en sentido contrario a lo impulsado por el Estado.
Resulta ridículo el relato que afirma que con la cadena nacional basta para que un gobierno materialice de modo absoluto la comunicación con el pueblo, dado que los medios hegemónicos alineados a interesas empresariales, dedicaran horas y horas a imponer su lectura sobre dicha cadena. Por eso es necesario tener medios contrarios al punto de vista que impulsan de modo desmedido los medios dominantes, el debate social y su posterior articulación solo se logran de este modo, dado que los medios interpretan e instalan valores que luego serán consumidos por la sociedad, pero si la bajada de línea es solo una, dicho debate seria imposible.



Los medios construyen sentido y lo instalan como referencia, operan en nuestra subjetividad para que tengamos una imagen de que eso que es “estar in” de hacer lo que supuestamente corresponde, lo avalado y homologado por el sistema y la sociedad de consumo, lentamente labrada tras años y años de liberalismo.
Para muchos medios lo  importante no es comunicar, si no instalar, hacer que un punto de vista sea recibido como la verdad absoluta y no como lo que es, una interpretación. Y cuando, por citar un ejemplo,  este punto de vista es fogoneado por empresas multinacionales necesitadas de un mercado “mas flexible” para operar sin mayores dificultades y sin importar a cuanto fabricante nacional lleven a la quiebra, la cosa se vuelve un poco embromada. Por que si del otro lado no hay un aparato mediático dispuesto a rebatir esto, es probable que la sociedad termine legitimando ideas contrarias a su propio bienestar.
Es necesario que como sociedad avancemos en este sentido, entendiendo que la influencia de los medios sobre la gente es inversamente proporcional al grado de articulación social. Es decir que cuanto mas organizado sea pueblo, menor será el impacto de la pantalla y mayor será el aplomo nuestro sentido común y conciencia social.
Organizar para transformar.

                                                                                                                  Nicolas Farache

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